Tiempo de ¿estudio o no estudio?
¿paseo o no paseo?
¿escribo o no escribo?
¿me río o no me río?
¿compro o no compro?
¿salgo o no salgo?
¿sigo o no sigo?
¿beso o no beso?
¿voy o no voy?
¿digo o no digo?
¿espero o no espero?
¿quiero o no quiero?
¿vivo o no vivo?
A veces uno deja de hacer cosas de las cuales se puede arrepentir, por pereza, por miedo, por indecisión, porque no sabe qué hacer...
Pero como suele decir mi mamá "el tiempo perdido hasta los santos lo lloran". Lo peor que puede hacer uno es no hacer nada. Ya me ha tocado ver y escuchar cómo la gente se lamenta de no haber hecho tal o cual cosa y haber desaprovechado el tiempo "a lo imbécil".
No quiero que eso me pase. No quiero que eso le pase a otras personas. No quiero que me lloren, ni tener que llorar cuestiones de omisión.
Como dice nuestra ya conocida (en el Diario de Ladybug) Rafaella Carrá: "por si acaso se acaba el mundo todo el tiempo he de aprovechar"...