
Se me había quedado esta historia por ahí sin escribir... Para que vean como la carreta trasciende las fronteras culturales y lleva cada día más un mensaje del terruño y unas gotita de folklore a otras regiones del mundo.
En media clase de estadística, haciendo un listado de posibles colores de carros (autos en México) para analizar las variables cualitativas, nuestro queridísimo profesor Bohon, Antonio Bohon (con licencia para reprobar) iba anotando en la pizarra (pizarrón para los mexicanos) los diferentes posibles colores de carros: blanco, negro, rojo, azul, gris...
Y ese otro color así como arena? dijo no sé quién... sí, por eso gris, como plateado... No, no, pero es que hay otro como beige que no es gris, como un marrón pero claro, también como nacarado... Y yo... ay sí, sí, lo que se llama color perro corriendo!
Y así fue como tuve que explicar que el color "perro corriendo" cubre toda esa gama de beiges, grises, cafés lavados, verdes musgos desteñidos y otros colores "panza de mono" que no se pueden ordenar en niguna clasificación cromática con exactitud.