miércoles, noviembre 14, 2007

Desconfiada hasta la puerta de la iglesia...



Pobre mi papá si no llegaba... pero hasta que no le avisaron que él estaba allí ella no se apareció. Así es mi mamá. Y así dice que hay que ser. Desconfiada. Tanto, que aplicó su propio dicho en la vida real...
A veces me gustaría ser un poco más como ella, en cuanto a carácter, tener nervios de acero y plantarme más en algunas cosas...
Pero en este tema no puedo ser asÍ. Yo confío en la gente y creo en lo que me dicen. Odio las mentiras y he sufrido al chocar de frente con algunas. Muchas veces mi intuición me lleva a adivinar cosas, pero prefiero esperar a que me las digan, o preguntar calmadamente antes de andar desconfiando de todo el mundo.
Creo, muy a diferencia de mi mamá, que una relación se basa en la confianza y en lo que uno comparte, sin necesidad de andar a la defensiva y ocultando cosas. Otra vez se me sale lo transparente y lo buena gente... Pero tener confianza tampoco es ser tonta.

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